Las anchoas siempre me han parecido cadáveres. Cuerpecitos de pescado cercenados en dos, salados y profundos. Si a esto se añade la aceituna negra y el ajo: tapenade.
Hoy al volver a casa con pocas ganas de guisar y con muchas ganas de machacar la estupidez de alguno, se me ocurrió hacer una versión negra y canalla de tapenade a golpe de mortero para untar en una tostada de pan y acompañar de una cerveza Mahou.
Aquí está la receta para un solitario inapetente, pero con ganas de machacar y disfrutar.
Ingredientes:
Dos cadáveres de anchoa, un tercio de un diente de ajo, 250 gramos de aceitunas negras deshuesadas y un toque de pimentón de La Vera.
Elaboración:
Machacar todo con furia en el mortero hasta que los ingredientes queden reducidos a una minucia fina y cremosa que poner sobre el pan.
En ocasiones, no se precisa amor para guisar.
[…] muchas recetas negras. El bonito con tomate, lo podría ser, pero, mucho más la versión ennegrecida del restaurante […]