Archivos de la categoría ‘Recetas inspiradas en El Chef ha muerto’

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Yanet Acosta con el postre Insinuación de chocolate de Lucas Gamonal. El chef ha muerto. Foto de Fran González

Estas semanas se está celebrando el Congreso Atlántico de Novela Negra, Tenerife Noir. El pasado fin de semana me tocó hablar de la gastronomía canaria en la novela negra y de cómo me inspira la cocina la escritura de la novela El chef ha muerto.

Las palabras e imágenes que ofrecí en el espacio del Equipo Para de Santa Cruz se completaron con los sabores de las tapas creadas por el cocinero Lucas Gamonal inspiradas en El chef ha muerto.

Uvas de foie, cocinado y macerado en vino tinto durante 4 días y conservado en la jalea del propio vino durante dos meses, en honor a los vinos y whiskys de más que un detective como Ven Cabreira alimenta su hígado.

Las escaleras empinadas le agitan la respiración y le
parece que la vida es una pérdida de tiempo. Un entretenimiento
hasta la muerte. Ven levanta el labio superior. Su cerebro
sigue en una tabla de surf sobre olas de whisky. Ahora,
siente melancolía de sí mismo, de lo que pudo haber hecho y
no hizo, de lo que pudo haber sido y no fue.

(El chef ha muerto)

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Salmón marinado en remolacha de Lucas Gamonal para El chef ha muerto.

Salmón marinado en remolacha con Quesabi que es una pasta de queso curado de cabra canaria con aceite de oliva, tomate verde, ajo y wasabi: Ese punto picante que despierta la mente al leer una novela negra (aunque no sea nórdica).

Al bajar del avión Ven se siente en una nube de frío. No se atreve ni a salir al exterior en busca de un taxi. Sigue las indicaciones del tren y se monta en el primer vagón. A su lado, una señora de más de sesenta años abre su bolso con parsimonia. De él saca una botellita de Aquavit, el destilado del norte de Europa. Parece agua, pero es más fuerte que el vodka. Da un sorbito, traga de una vez con la cabeza hacia atrás. La vuelve hacia adelante y se queda mirando a Ven con la sonrisa puesta en la cara. Tiene el pelo blanco atado en un moño y un gorro rojo colocado con gracia de colegiala sobre la cabeza. Guarda la botella y busca con cuidado en el fondo del bolso su cajetilla de cigarros. Enciende uno y sopla el humo hacia Ven. Él mira alrededor y recuerda que la flexibilidad es lo que marca a las potencias más desarrolladas.

(El chef ha muerto)

El Sorbete de piña herreña y rúcula, fue una llamada al sabor ácido y amargo que reflejan muchas novelas del género negro.

Otra vez en la calle Montera, mira hacia Sol. La pendiente baja lenta, inundada de trabajadores apresurados a esas horas de la mañana. Los ociosos a la fuerza se apoyan en los finos troncos de los árboles. Unos chalecos verdes fluorescentes chillan a los ojos su mensaje imperativo: “Compro oro”. Parecen sacados de otro siglo, hombres-anuncio y hombres-desahucio que venden los anillos de sus esposas y las cadenitas de sus niñas. Tanta lucha para estar como en los cincuenta, cuando la gente empeñaba hasta las sábanas.

(El chef ha muerto)

El pase de tapas concluyó con una Insinuación de chocolate, el mismo título de uno de los capítulos de El chef ha muerto y que consistía en un brownie de nueces pecanas y ganache de chocolate al 70% de cacao.

Ven combate la impaciencia hojeando por décima vez
la revista de abordo. Incluye, como no, una receta del Chef.
Un postre. Insinuación de chocolate. El texto lo describe fino
y delicado, como una insinuación y recomienda tomarlo rápido
para que se derrita a tiempo en la boca. Seguro que a
Lucy le encantaría. Si salen de esta, la invitará a tomar media
docena.

(El chef ha muerto)

En Tenerife Noir también tuve la oportunidad de hacer una entrevista cruzada con otro autor canario, Mariano Gambín, en la librería Agapea. También pude encontrarme con amigos escritores como Dulce Xerach, Javier Hernández Velázquez, Carlos Salem o Dani Rojo y, sobre todo, con lectores que ya echan de menos una nueva de Ven Cabreira, que esperamos termine su cocción a fuego lento muy pronto 🙂

El plato del chef ha muerto en el dinosaurio todavía estaba allí

El bar-café-librería El Dinosaurio todavía estaba allí de la escritora Marisol Torres cumple este fin de semana su primer aniversario. Anoche fui a celebrarlo por mi cuenta con Carlos G. Cano de Cadena Ser Gastro. El primero de los platos que pedimos sin pensar fue el que la escritora y cocinera creó hace un año en homenaje a la novela El chef ha muerto: un huevo frito sobre mousse de hongos y foie gras.

Las mesas se fueron llenando y desde la nuestra escuchábamos las órdenes de Marisol a Darío en cocina:

¡Marchando otra de chef ha muerto!

Gracias, Marisol por dar sabor a esta novela y enhorabuena por este primer año de metáforas en tu local de Lavapiés.

 

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El sueño hecho realidad: un libro inspirado en la gastronomía inspira a un bloguero y cocinero y a su vez se convierte en programa de televisión. Esto es lo que se llama un proceso de retroalimentación de las Artes total.

Ayer empezamos a grabar un programa piloto para televisión en la Escuela de Hostelería y Turismo Simone Ortega de Madrid dirigido por Juanjo Castro sobre estas recetas que Rafa Prades ha creado inspirado en los capítulos de la novela negra El Chef ha muerto y en sus personajes.

Aquí dos de los platos:

Lata al baño maría o fabes con pulpo en su tinta

Se trata de un plato muy negro pero con intenso sabor a mar, gracias a que las fabes están cocidas en fumet de pescado. Durante la cocción disfruté mucho del aroma de los ajos y el laurel mezclado con estas judías asturianas que iban creciendo en la olla a medida que se les iba añadiendo el caldo. A 15 minutos del final (¡¡después de dos horas y 45 minutos!!), Rafa introdujo un par de cucharadas de pimiento choricero y otras dos de tinta de calamar. Los colores rojo, negro y blanco se fundieron, aunque ganó el más fuerte. Toda una metáfora literaria que sirvió en lata como guiño al plato favorito de Ven Cabreira, fabada en lata.

Vergüenzas en salsa verde  o Callos de bacalao en salsa de algas

Me fascinan los callos de bacalao porque sellan los labios de lo melosos que son. Este plato, además, me parece una creación que seguro algún día me encontraré en un restaurante porque las algas dan mucha frescura a los callos, que no son más que la vejiga natatoria del bacalao, una vergüenza como la que soportaban los pies de Ven Cabreira, en El chef ha muerto.

Fue un día completo de cocina y rodaje, pero también de diversión. Gracias a Juanjo y esperamos vernos pronto en televisión.

El álbum completo de fotos aquí.

Una nueva receta inspirada en la novela negra El Chef ha muerto.
El investigador privado Ven Cabreira sigue inspirando posts.
Gracias.

comedieta

«I: MEJILLA A LA SAL.
Bernard Van Leer, el director del  Congreso Munidal de Cocina,
se sienta frente a los micrófonos que esperaban al Chef.
Pero sólo está él. Solo.
Los cámaras, por si acaso, comienzan a grabar.
El director respira hondo, abre la boca y baja los ojos.
Ni una sola palabra.
El sonido se ahoga en su garganta.
Sube el cuello y estira hasta el flequillo.
Más de seiscientos ojos le observan. periodistas de todo el mundo que han venido a la inaguración especialemnte para ver al Chef.
Van Leer aprieta los pulos bajo la mesa y acerca la cara la micrófono:
– Señores, el Chef ha muerto.
Una lágrima de sal resbala por su mejilla.»
         – EL CHEF HA MUERTO- YANET ACOSTA-
 

Paseos y cocina. Cine y cocina. Encuentros y cocina. Sexo y cocina. Emoción y cocina. Intriga y cocina. Música y cocina. Muerte…

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Nunca pensé que una creación literaria fuera recreada en la cocina con tantas versiones como formas de ver la vida. Esta es la de El dinosaurio todavía estaba allí, la librería-café de Marisol Torres en el barrio de Lavapiés de Madrid, que incluye en su carta una tapa negra y canalla que ha llamado El chef ha muerto, como la primera novela del investigador Ven Cabreira. Un lujazo de sabor.

Esta es la receta:

Rehogar cebolla (mejor cebolleta tierna) en un poquitín de aceite y cuando esté blandita, añadir ¼ de hongos (Boletus, champiñones, setas de cardo, shiitake, rebozuelos… al menos tres tipos diferentes. Pueden ser deshidratadas, en ese caso hay que dejarlas en agua templada durante una noche. También se pueden hidratar en agua hirviendo por espacio de un minuto. El agua se puede aprovechar para hacer un risotto). Dejar que se hagan despacio. Añadir 100 gr de foie gras y un decilitro de nata líquida. Dejar reducir, salpimentar, batir y colar.

Disponer sobre la mousse uno o dos huevos fritos repuntillados y una ramita de tomillo para aromatizar.

¡Un gustazo dejar unas piedrecitas de sal negra sobre la yema y romperla con la complicidad del pan!

La escritora Marisol Torres, compañera en la antología La vida es un bar, acaba de publicar en su blog una receta literaria en homenaje al primer capítulo de El Chef ha muerto: Mejilla a la sal.

Comienza así:

Fue un fogonazo de lucidez lo que le insufló el valor para enfrentarse a ella de nuevo. La inauguración de una retrospectiva suya en la Galería Juana de Aizpuru, la pista que necesitaba para volver a encontrarla.

El resto en su blog Bosques de Marte.

Anímate a aportar tu receta inspirada en El Chef ha muerto o una imagen. La que sale en este post es de Jacobo Gavira.

El Chef ha muerto ha inspirado recetas y canalladas gastronómicas, como el fanzine enCrudo. Ahora, también, cómic (o por lo menos un primer dibujo).

Aquí está la viñeta de Felipe Lorenzo del Colectivo de Ilustradores Canarios:

«Todo el mundo quieto o mato al pulpo» y eso para meterlo en una lata!

¡Gracias Felipe!

Ahora ha sido el periodista gastronómico Curro Lucas quien, tras leer El Chef ha muerto, ha alimentado su imaginación para perpetrar unas Entrañas de chef en salsa de humor negro o, lo que es lo mismo, unos espaguetis rojos de ajo y guindilla con tapenade de aceituna negra.

Y el plato, colgada en su blog canalla de música y cocina Recetas en tres acordes, tiene, mucho, mucho humor.

Aquí está su inspiración culinaria Negra, Urbana y Canalla:

No, amable lector, no se marche. No hay nada de canibalismo en este plato. No se me ocurriría tal cosa. Es un sencillo plato de pasta con un tapenade de aceitunas negras, que se llama así en homenaje a una novela negra. Me explico:

Hace un mes, mi amiga Yanet Acosta publicaba su primera novela, ‘El Chef ha muerto’, y lanzaba, a su gente, el reto de elaborar recetas inspiradas en sus páginas. Devorados todos los capítulos de esa obra negra, urbana y canalla, se me ocurrió este plato digno de Ven Cabreira, el protagonista, si no se alimentara solo de fabada en lata.

En cuanto a lo musical, no me imagino a los personajes de la novela escuchando afilados riff de guitarra, ni complejos discos de jazz u otras rarezas. Por mi parte, las muertes misteriosas siempre me han evocado el sonido del violín. Ara Malikian es uno de mis violinistas favoritos, especialmente por esa actitud de puro rocanrol que tiene sobre el escenario y ante la vida,  pese a que a un virtuoso se le presupone más formalidad.

De su extensa discografía me quedo con ‘Lejos’ porque creo que armoniza con la novela, que lleva a sus personajes a varios países lejanos en busca de pistas sobre la misteriosa muerte del chef más importante del mundo.

Aquí dejo las pistas para resolver el plato:

Las entrañas del chef

  • Espaguetis (rojos) de ajo y guindilla. Yo he usado los spaghetti all’ aglio e peperoncino de la marca Dalla Costa.

La salsa de humor negro (tapenade de aceitunas negras)

  •  150 gramos de aceitunas negras sin hueso. Mis favoritas para esta salsa son de la variedad ‘Cacereña’.
  • Un diente de ajo
  • Dos cucharadas de alcaparras
  • Una cucharada de mostaza
  • 4 o 5 anchoas
  • El zumo de medio limón
  • Un poco de tomillo y romero
  • Sal y pimienta negra recién molida
  • Aceite de oliva virgen extra a placer, hasta conseguir la textura deseada

Introducir en un robot de cocina aceitunas, jugo de limón, ajo, alcaparras, mostaza, anchoas (troceadas), tomillo y romero. Procesar a velocidad baja o media. Incorporar poco a poco el aceite de oliva mientras se va haciendo el paté. Detener cuando consiga la textura deseada.

Para preparar la pasta, calentar abundante agua con sal y cuando empiece a hervir, cocer la pasta hasta que esté al dente. Con la que yo he utilizado, unos 10 minutos.

Servir la pasta en un plato mezclando con un poco de tapenade y a disfrutar pensando que son las tripas y vísceras de un chef mediático insoportable.

El tapenade que sobre puedes disfrutarlo con pan tostado, ensaladas de tomate, con cebolla y melva, aguacate, mozzarella, o con lo que dicte tu imaginación.

En cuanto a ‘Lejos’, el disco de Ara Malikian que he estado degustando mientras preparaba esta gastro-canallada, es una maravilla instrumental completa.

Si debo elegir una canción, me quedo con Carne Cruda, por tener un título con connotaciones gastronómicas y a cadáver animal. También disfruto mucho con los tangos Viejos Aires y Tango en silencio, donde Malikian logra sacar de su violín la melancolía de los bandoneones argentinos.

Y los tres primeros temas son fabulosos: Creo, Mil Tristezas y Brasil Sacrificado.

Salud y rocanrol

Gracias, Curro, el plato está para: ¡comerse los dedos!

 

Para el investigador Ven Cabreira, comer es una lata y Rafa Prades [leoman] lo borda con una receta inspirada en el capítulo 8 de «El Chef ha muerto»: «Lata al baño maría».
 
Aquí está como lo explica en «Con los cinco sentidos»:

 

Ingredientes, que según Rafa Prades, no deberían faltar:

  1. Fabes, por la afición del personaje Ven Cabreira de alimentarse únicamente a base de fabada en lata.
  2. Pulpo, el famoso octópodo canalla, más famoso que el pulpo Paul, que mató al chef ¿o el canalla era el chef?
  3. Tinta, negra como la misma novela.
  4. Por último, para una tapa urbana, la presentación debía ser en una lata, recordando las de fabada que calienta Ven Cabreiraal baño maría.

Ingredientes

  • 400 g de fabes
  • 1 pulpo cocido de 500 g
  • 4 bolsas de tinta de calamar
  • Fumé de pescado
  • Pulpa de pimiento choricero
  • 4 dientes de ajo
  • 1 hoja de laurel
  • Sal
  • Aceite de oliva virgen extra (AOVE)

Elaboración

  1. Poner la noche anterior las fabes a remojo en agua fría.
  2. Cocer las fabes, aproximadamente tres horas, en el fumet de pescado, los ajos con un golpe y el laurel. Añadir poco a poco fumet de pescado frío, según se vaya necesitando.
  3. Durante este tiempo menear la cazuela de vez en cuando. No menear con cuchara, así evitaremos que se rompan las fabes.
  4. Quince minutos antes de que se terminen de guisar, retiraremos los ajos y el laurel, añadiremos una cucharada de pulpa de pimiento choricero, la tinta de calamar diluida en un poco de fumé y un chorro de AOVE.
  5. Añadimos por último las patas del pulpo cocido troceadas y rectificamos de sal.
  6. La cantidad final de caldo depende de cada uno, a mi particularmente me gustan con poco caldo y que queden espesitas.

Nota: Este guiso, como muchos otros, está mejor de un día para otro.

 

 

Hoy me ha dado por pensar que a este paso los bloggers, no sólo nos comen a los periodistas sino también a los cocineros. Muerto el Chef, nueva receta de Pakus de Lazyblog. Son unas «Setas en calima», un capítulo cañero de la novela.

Pakus lo cuenta así:

«El Chef ha muerto« atragantado con un pulpo vivo, y a partir de ese hecho, comienza una investigación para esclarecer en qué circunstancias ha ocurrido esa muerte. Durante las pesquisas, Yanet (a través del investigador Ven Cabreira), hace que recorramos, plato a plato, las mejores cocinas y recetas del mundo.
Este libro de mi amiga Yanet Acosta es muy divertido que aborda de un modo desenfadado y a la vez con gran conocimiento de causa, todo el mundillo que rodea la alta cocina, los chefs, los críticos, y otros personajes.
Una de las cosas que más me ha gustado de este libro, además de la creación de los personajes, e incluso sus nombres, ha sido el título de los capítulos, que podrían dar nombre a platos de los mejores restaurantes. «Beso de hojaldre», «insinuación de chocolate» y «ostras en pecera», son ejemplos de su creatividad.
Hoy os he preparado, unas «setas en calima«, título de su capítulo 18, que espero que os gusten, tanto como a mí me ha gustado este libro que os recomiendo sin dudarlo.

Para preparar esta receta, creada a partir del título del capítulo 18, Setas en calima, pensé hacer algún plato de setas, que tuviera en su emplatado algún desenfoque, como consecuencia del vaho del calor, o algo similar, por la cosa de la calima. Ese desenfoque o bokeh, lo he hecho simplemente poniendo el foco puntual en el centro de la imagen, obteniendo así ese leve efecto de calima.

Ingredientes para 4 raciones
* 600 gr. de setas variadas congeladas, 150 gr de jamón serrano no muy curado, aceite de oliva virgen extra gota verde. Una flor de perejil para decorar. (Opcionalmente un chorrito de vino de uva Palomino fino, Tío Pepe o similar)

Cómo hacer setas en calima
En una cacerola, ponemos un buen chorro de aceite de oliva virgen extra, de la variedad Picual, ya que vamos a tener un proceso muy largo y es el que mejor resiste la degradación. Vamos a confitar las setas, poniéndolas a freír a fuego muy lento. Al hacerlo de esta manera, lo primero que veremos será que las setas soltarán el agua, pero poco a poco ésta se irá evaporando, produciendo un vapor, de forma similar a los efectos de la calima.

Las setas, las ponemos congeladas, sin tener que descongelarlas primero. Ponemos el fuego fuerte durante los primeros 15 minutos para que las setas suelten toda su agua, y a continuación, bajamos el fuego para que cuezan a fuego muy lento. Una vez evaporada la mayor parte del agua, quedarán otra vez sobre el aceite de oliva que tenemos en el fondo y ya con el fuego al mínimo, dejamos que sigan haciéndose durante más o menos, una hora.

No hace falta estar muy pendiente, pero conviene remover de cuando en cuando, para evitar que se agarren al fondo. El secreto es hacerlas tan lentamente que quedarán melosas como véis en el fotomontaje. Cuando lleven 30 minutos, añadimos el jamón picado en taquitos, que hará innecesario el uso de sal. En los últimos 5 minutos, si lo deseáis, podéis añadir un chorrete de Tío Pepe para darle un toque alegre, dejando que evapore para que no quede más que el aroma.
Si queréis, podéis tomar las setas como entrante, o como guarnición de una carne o un pescado, o como en la última foto, sobre unos espaguetis.
En todo caso estas setas en calima tienen un sabor extraordinario y una textura, que hace que haya valido la pena dedicarles tanto tiempo. Espero que te gusten Yanet.
Y a todos vosotros, como de costumbre… sed felices.
¡Me encantan! Esta receta inspirada en El Chef ha muerto se suma a la de «Vergüenzas en salsa verde» de Rafa Prades y a los perritos de Ven por Juan Pozuelo.