Los Ojos de Dios del escritor Miguel Aguerralde es una novela joven y negra. Negra como el eclipse con el que comienza. Y confío en que no llegue a ser profética.
La historia, además, también tiene su sabor: el de un dónut de chocolate sacado de una máquina expendedora.
Aquí una mordida:
-Madrid se hunde -oyeron decir a una mujer…-El caos ya está aquí. Que Siam nos proteja.
-David -murmuró Lara-, anda, larguémonos.
Minutos después encontraron una máquina de bebidas que también había sido saqueada, y otra en la que se adquirían frutos secos y aperitivos que debió de haber presentado mayor resistencia porque todavía seguía en pie. Jon revisó sus bolsillos en busca de monedas y compró un donut de chocolate y un paquete de chicles de menta. Los chicles parecían de piedra y el dónut…
-¡Por todos los…! -exclamó el joven al llevarse el bollo a la boca-. ¡Debe de haber llevado ahí dentro por lo menos tres años!
-¿De qué te extrañas? -preguntó Lara con actitud indiferente-. Yo nunca he conseguido sacar de esas máquinas un bollo decente.
El pasado domingo 27 de noviembre en la FNAC de Madrid, me tocó presentar este libro. Y allí quedó claro que algunas novelas pueden ser premonitorias. Luego huimos, porque entre quien destruyó Madrid por el poder de Siam y los bancos y la que se atrevió a matar al Chef…