Pepe Solla y el mar

Publicado: 08/03/2012 en Activismo gastronómico, Chefs, EnCrudo Fanzine

(Pensamientos de cocina y surf del cocinero Pepe Solla, recopilados por Yanet Acosta para enCrudo número 1)

Mar

Me gusta disfrutar, vivir y comerme el mar.

El mar a veces se embrutece y, de pronto, se queda tranquilo y muestra toda su elegancia. Y  la cocina que viene del mar es así: sutil unas veces y convulsa, otras.

El mar te da algo que no te ofrece la tierra, algo salvaje, en lo que no ha intervenido el hombre y eso es lo que más me gusta. Y a mar me sabe el bogavante y el jurel. El bonito, que es sutil y el erizo, que es como un día de mar revuelto. Y la sardina, que sabe a verano. A días largos y a mar.

Surfear

Surfear es un ejercicio de paciencia, de autocontrol. No es subirse al primer tren. Hay que esperar, porque sabes que hay algo mejor. Es más, esto es hasta un concepto de vida para un surfero.

Hay muchos días con olas malas, pero regresas al día siguiente porque a lo mejor viene la buena. Pero también te echas al mar cuando las condiciones no son muy buenas, porque quién sabe si en ese momento te llega la que va a ser la hostia.

Cocinar vs. surfear

Cocinar es otra cosa. En ella,  tú creas, mientras que en el surf, todo depende del mar y del tiempo. Es algo distinto. Al mar no lo dominas. La cocina es el dominio de los tiempos, de la técnica.

La paciencia es lo que marca. La cocina es un ejercicio a largo plazo. No tengo que demostrar hoy que soy muy bueno.

Post-surf

Cuando sales del mar, después de surfear, en lo último en que piensas es en tomar agua. Revolcones, tragos ingratos. Sales del mar porque no hay más tiempo o porque estás hasta las narices de estar en el agua. Pero lo normal es que sea lo primero. Agotaste tu tiempo.

Y, ya fuera del agua, toca hablar sobre la ola. Y esto es más agradable con la cerveza en la mano. Así que, me lanzo al trago de cerveza social.

Sin embargo, en invierno, cuando estás a punto de salir del agua, sueñas con abrigarte. Y la ropa seca es la sensación más agradable que puedes tener, junto con un café caliente que sostener entre las manos.

Cuando llego a casa, abro la nevera y me como una loncha o dos de jamón cocido y un yogur.

Lo dulce. Lo opuesto al mar.

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