El cómic documental y reivindicativo en el año de la agricultura familiar: «Rural. Crónica de un conflicto» de Etienne Davodeau

Publicado: 08/07/2014 en Cómic gastronómico y de vino
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Etienne Davodeau - Rural -  Cubierta

El dibujante francés Étienne Davodeau publicó en 2001 un libro con el que colaboró no solo a ver el cómic como un medio documental y reivindicativo sino también a llevar la vista hacia el campo: Rural. Crónica de un conflicto.

Los urbanitas comemos en los mejores restaurantes y disfrutamos de vez en cuando de un fin de semana en una casa rural o incluso disfrutamos del paisaje desde la ventanilla de nuestro coche, pero nunca pensamos en la gente que hace el paisaje y los productos para que la comida del chef con estrellas esté tan rica. Es más, en general, despreciamos el campo y a quienes se dedican a él, salvando excepciones de gente que se comienza a sensibilizar con la importancia de los huertos urbanos y de la comida ecológica, no solo porque sea más saludable, sino también porque respeta el medio ambiente.

En Rural, el dibujante del que ya en España se había traducido su docu-cómic sobre el mundo del vino Los Ignorantes, cuenta una historia que se repite una y otra vez en el campo en cualquiera de los países llamados «desarrollados». El gobierno decide hacer una autopista, muchas veces ni siquiera es para conseguir más votos y mucho menos para hacer algo bueno para la ciudadanía, sino para generar dinero. Y como siempre, el problema principal es el trazado. Los más poderosos evitan que la autopista pase por sus tierras o destruyan sus casas. Los otros se unen para dar alternativas, se manifiestan, se quejan, pero gana siempre el más poderoso (es decir, quien más dinero tiene).

En el cómic se cuenta parte de este proceso pero también el día a día de tres ganaderos —Olivier, Jean-Claude y Étienne— que producen leche biológica de forma cooperativa y que tienen muy clara una filosofía que arranca del respeto hacia la tierra y la producción y hacia ellos mismos. Aquí dejo algunas de sus frases:

«La agricultura no es una industria».

«Me molesta cuando la gente dice que come bio solo por cuestiones de salud».

«El objetivo de nuestro trabajo es en primer lugar encontrar una manera de producir comida para todos sin perjudicar el medio ambiente».

«Comer y comprar bio debe ser el apoyo a una idea de inspiración colectiva a largo plazo».

«Si todos comemos bio, todos produciremos bio. Y entonces viviremos en un entorno realmente mejor para nuestra salud».

Trabajar en el campo siempre lleva consigo la mala imagen de una esclavitud permanente. Sin embargo, para estos tres ganaderos no hay nada de queja. La unión de los tres hace que el trabajo se reparta y, sobre todo, según uno de ellos el resultado de los «trabajos de la tierra, las siembras, las cosechas, el trabajo de la paja, los partos, los cuidados de los animales y todo lo demás se materializa cuando la leche cae de la ordeñadora cada día».

El cómic comienza con las prisas de quien ajeno a la cadencia de la naturaleza acude a un espectáculo único: el nacimiento de un becerro. En la granja, sin embargo, todo está tranquilo. El trabajo discurre como cada día, solo que con un ojo sobre la vaca que está pariendo. Sus vacas pastan en el campo y producen un tercio menos que las de una ganadería intensiva no biológica. Sin embargo, sus tierras, sus vacas y ellos mismos lo agradecen porque se integran en esa cadencia natural del bienestar. Pero hay que mantenerse firme en los principios para tener claro que no quieren crecer, que con lo que producen es suficiente para vivir bien.

«Rural. Crónica de un conflicto» es un cómic idóneo para leer este año, que la FAO ha nombrado como el año de la agricultura familiar. Frente a las presiones de las grandes industrias de semillas, de fitosanitarios y de transgénicos la agricultura familiar racional y respetuosa con el medio ambiente es casi un acto de heroicidad.

Así que a quienes nos permiten comer bio en la ciudad les dedico este post desde el que podéis conocer las reivindicaciones de la agricultura familiar en este link.

Por cierto, el cómic Rural acaba con unas viñetas memorables que nos dan mucho que pensar:

«La obra de la A-87 acabó. Antes de un segundo puente que se parece al primero están los restos de Bignon. Será rápido. Los verás a 130 kilómetros por hora».

 

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