El escritor Juan Eslava Galán y su hija y bloguera gastronómica Diana Eslava se han unido para publicar un recetario con un diseño muy atractivo y con una estructura distinta, en la que se mezclan la Historia y las historias del escritor y su familia. Su título, Cocina sin tonterías, el mismo que el del blog de Diana.
El recetario se estructura de una forma clásica en ensaladas, verduras y entremeses, sopas, pescados y mariscos, carne, huevos y tortilla, postres y salsas. Pero marcan la diferencia el resto de apartados: «desayunos», «aquí no se tira nada», «menús para celebraciones», «comida basura pero buena para jóvenes adictos» y «fondo de despensa».
En la introducción Eslava deja clara su filosofía:
«No quisiera decepcionar al lector que busque fórmulas sofisticadas de la nouvelle cuisine para reproducir platos tan ultramegapijos como «de construcción de algarroba laminada a la Lima de sheffield, caldeada a temperatura de nitrógeno liquido, esencia de pitiminí salvaje de Brasil y aroma de andrajos de humo de melón caramelizado de Madrigal de las altas Torres».
Y siempre me sorprende cuando alguien quiere referirse de forma despectiva a la nueva cocina los barrocos nombres que se inventan. Eso sí, el escritor afirma cuando habla de la ensalada de hígado que «los romanos eran aficionados a experimentar recetas extravagantes casi tanto como los cocineros mediáticos de ahora».
En el recetario predominan las recetas de los 80s y aparecen algunas que no son demasiado clásicas dentro de la cocina española, como la tempura de verduras o una tortilla española hecha con chips, que recuerda a la dada a conocer por Ferran Adrià.
El escritor admite que «No me he detenido ante nada hasta lagarto he comido en una Gañania extremeña», algo que parece mucho más radical que cualquier otra de la cocina de vanguardia. Entre las clásicas, resalta algunas fantásticas como el remojón de Manolo el Sereno. Se trata de una ensalada de naranjas, tomates, cebolletas, huevo duro, bacalao, aceitunas negras, aceite y sal, que como prueba la foto que la acompaña ha sido admirada por otros escritores, entre ellos Ian Gibson.
Además de la escritura seductora de Eslava y los apuntes de la Historia, el recetario cuenta con un atractivo diseño en el que se integran fotos propias y de archivo e ilustraciones publicitarias antiguas. Un conjunto que anima, incluso a quienes valoramos la cocina de vanguardia, a leerlo de cabo a rabo.