Después de varios programas de Pesadilla en la cocina con Alberto Chicote, llegué a una conclusión: la pesadilla son los dueños, pero en la cocina, en las redacciones y en muchas empresas.
El artículo completo está en el blog de la Cadena Ser, Tinta de Calamar.
¡Excelente conclusión!: los dueños y sus decisiones equivocadas tornan los proyectos bellos en horribles realidades. Acaban con su ilusión pero se llevan por delante también la entrega y la implicación de sus trabajadores. Y, lo peor, de eso no sé si son tan conscientes. Muchas veces, sólo son capaces de mirarse su propio ombligo. Si los demás se socarran, si frustran la vocación y la profesionalidad del resto, ahogando su situación económica y el futuro parece que les va al pairo. Y, en el programa, eso queda patente incluso cuando los que están al lado son sus hijos, su pareja o sus amigos como socios y/o trabajadores. Terrible. Y, aunque de tan crudo, pueda parecer guionizado, eso es una realidad. Basta asomarse al día a día de una compañía sea en hostelería o en otro ámbito.
Saludos
Así es…a ver si nos vale para recordar también todos lo importante que es escuchar y asumir. Gracias Liacice!
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