El periodista Javier Manzano me ha invitado hoy a preparar una cena para celebrar este fin de año criminal en Las Crónicas del Vértigo de Las Mañanas de RNE y este es el menú que he propuesto:
Comienzo de aperitivo con un Singapur Sling, un cóctel que se elabora con 6 partes de ginebra, 2 partes de brandy de frambuesa, 2 partes de zumo natural de limón, 1 cucharada de granadina y soda. Es el que tomaba Carvalho en los Pájaros sobre Bangkok. Esa es mi novela favorita de MVM porque es un ida y vuelta entre Tailandia y España. Además, el cóctel es una de las piezas fundamentales de la novela negra y de cualquier gran cena que se precie.
Después tomaría como entrante una tapa inspirada en Fatal de Manchette de salchicha acompañada de chucrut y champán, mucho champán. Es la bebida más festiva y, sobre todo, los grandes gourmets saben que se debe beber durante toda la comida y no solo al final para brindar. Las mejores asesinas también lo saben.
Continuaría con una pasta como primer plato. Unos deliciosos espaguetis con erizos de mar, made in Salvo Montalbano en La forma del agua de Camilleri.
Y de plato fuerte es inevitable una hamburguesa, y es que es lo que más aparece en novelas negras grandes como El largo adiós de Chandler. También es el plato que cena Guy con un extraño en Extraños en un tren de Patricia Highsmith.
De postre, elijo unos melocotones en almíbar con helado, recordando una novela brutal «Todos muertos» de Chester Himes. Además, ese fue el último plato que sirvió elBulli en su despedida como homenaje a Escoffier y su melocotón melba y que el resto de los mortales lo tomamos con flan y es ni más ni menos que un pijama.
Para acabar un » café fuerte, amargo, ardiente, cruel, depravado» como diría Marlowe, para pasar al más seco de los sueños húmedos de Ven Cabreira, un White Horse sin hielo y un tabaco puro de La Palma.
Y aquí está la cena negrocriminal que les propongo para acabar el año. Alejen los cuchillos o acérquenlos, depende.