IMG_8713

Yanet Acosta con el postre Insinuación de chocolate de Lucas Gamonal. El chef ha muerto. Foto de Fran González

Estas semanas se está celebrando el Congreso Atlántico de Novela Negra, Tenerife Noir. El pasado fin de semana me tocó hablar de la gastronomía canaria en la novela negra y de cómo me inspira la cocina la escritura de la novela El chef ha muerto.

Las palabras e imágenes que ofrecí en el espacio del Equipo Para de Santa Cruz se completaron con los sabores de las tapas creadas por el cocinero Lucas Gamonal inspiradas en El chef ha muerto.

Uvas de foie, cocinado y macerado en vino tinto durante 4 días y conservado en la jalea del propio vino durante dos meses, en honor a los vinos y whiskys de más que un detective como Ven Cabreira alimenta su hígado.

Las escaleras empinadas le agitan la respiración y le
parece que la vida es una pérdida de tiempo. Un entretenimiento
hasta la muerte. Ven levanta el labio superior. Su cerebro
sigue en una tabla de surf sobre olas de whisky. Ahora,
siente melancolía de sí mismo, de lo que pudo haber hecho y
no hizo, de lo que pudo haber sido y no fue.

(El chef ha muerto)

IMG_8715

Salmón marinado en remolacha de Lucas Gamonal para El chef ha muerto.

Salmón marinado en remolacha con Quesabi que es una pasta de queso curado de cabra canaria con aceite de oliva, tomate verde, ajo y wasabi: Ese punto picante que despierta la mente al leer una novela negra (aunque no sea nórdica).

Al bajar del avión Ven se siente en una nube de frío. No se atreve ni a salir al exterior en busca de un taxi. Sigue las indicaciones del tren y se monta en el primer vagón. A su lado, una señora de más de sesenta años abre su bolso con parsimonia. De él saca una botellita de Aquavit, el destilado del norte de Europa. Parece agua, pero es más fuerte que el vodka. Da un sorbito, traga de una vez con la cabeza hacia atrás. La vuelve hacia adelante y se queda mirando a Ven con la sonrisa puesta en la cara. Tiene el pelo blanco atado en un moño y un gorro rojo colocado con gracia de colegiala sobre la cabeza. Guarda la botella y busca con cuidado en el fondo del bolso su cajetilla de cigarros. Enciende uno y sopla el humo hacia Ven. Él mira alrededor y recuerda que la flexibilidad es lo que marca a las potencias más desarrolladas.

(El chef ha muerto)

El Sorbete de piña herreña y rúcula, fue una llamada al sabor ácido y amargo que reflejan muchas novelas del género negro.

Otra vez en la calle Montera, mira hacia Sol. La pendiente baja lenta, inundada de trabajadores apresurados a esas horas de la mañana. Los ociosos a la fuerza se apoyan en los finos troncos de los árboles. Unos chalecos verdes fluorescentes chillan a los ojos su mensaje imperativo: “Compro oro”. Parecen sacados de otro siglo, hombres-anuncio y hombres-desahucio que venden los anillos de sus esposas y las cadenitas de sus niñas. Tanta lucha para estar como en los cincuenta, cuando la gente empeñaba hasta las sábanas.

(El chef ha muerto)

El pase de tapas concluyó con una Insinuación de chocolate, el mismo título de uno de los capítulos de El chef ha muerto y que consistía en un brownie de nueces pecanas y ganache de chocolate al 70% de cacao.

Ven combate la impaciencia hojeando por décima vez
la revista de abordo. Incluye, como no, una receta del Chef.
Un postre. Insinuación de chocolate. El texto lo describe fino
y delicado, como una insinuación y recomienda tomarlo rápido
para que se derrita a tiempo en la boca. Seguro que a
Lucy le encantaría. Si salen de esta, la invitará a tomar media
docena.

(El chef ha muerto)

En Tenerife Noir también tuve la oportunidad de hacer una entrevista cruzada con otro autor canario, Mariano Gambín, en la librería Agapea. También pude encontrarme con amigos escritores como Dulce Xerach, Javier Hernández Velázquez, Carlos Salem o Dani Rojo y, sobre todo, con lectores que ya echan de menos una nueva de Ven Cabreira, que esperamos termine su cocción a fuego lento muy pronto 🙂

banner-noir_fb

El próximo domingo 6 de marzo estaré en Tenerife Noir, el festival atlántico del género negro, para hablar del sabor noir. Las novelas tienen un ritmo, una música, un aroma y, por supuesto, un sabor.

Descubriremos juntos el sabor canario del género noir en el Archipiélago y desgranaremos los sabores de la novela del norte de Europa y del Mediterráneo para acabar con un ejemplo de novela negra gastronómica: El chef ha muerto.

Cada pase irá acompañado de una tapa elaborada por el cocinero canario Lucas Gamonal, para recrear con la imaginación y el paladar el sabor de novela noir.

El encuentro será a las 19 horas en la sede del equipo Para en la calle La Marina, 4 en Santa Cruz.

Al siguiente día, el lunes 7 de marzo, el autor Mariano Gambín y yo nos entrevistaremos de forma cruzada en un especial para autores de las islas denominado Canarios en su tinta.

 

zanon

Marley estaba muerto es el último libro de Carlos Zanón (Premio Dashiell Hammett 2015). No es una novela, sino un libro de relatos que tienen en común la Navidad como línea del tiempo mental.

Algunos de los relatos del libro siguen los clásicos preceptos del género, otros no. Y los que más me gustan son los que desnudan el alma del autor como «Tío Noel Loco» o «La familia de los cuatro Lázaros».

En esos dos cuentos una adolescente y un niño, respectivamente, cuentan la vida en familia con una visión franca y un sabor navideño de «canalones» en lugar de canelones.

—Busco canalones y no hay canalones. Busco carn d’olla y no hay carn d’olla. Por lo visto, si no traigo yo pavo o cochinillo, aquí no se come nada navideño. No, por supuesto. Me digo: habrá galets. Pues tampoco: ¡pistones! ¡Me cago en la Virgen Puta!, ¿cómo se va a celebrar el nacimiento del Niño Dios con unos pistones? ¡¿Cómo?!

En Cataluña la celebración navideña más importante no es la noche del 24 ni el día 25, sino el 26. Es el día de San Esteban, el primer mártir del cristianismo, y es un día para comer platos hechos con las sobras de las fiestas, como los canelones. Los días anteriores es habitual tomar sopa de galets (una pasta en forma de concha) y carn d’olla, el cocido catalán o tall rodò, un redondo de ternera al horno.

Pero más que a platos navideños, esta recopilación de relatos deja retrogusto de cava barato y caliente, el que se toma en las familias sin posibles un día de celebración, y whisky de más, el que toman los hijos de estas familias cuando hay poco que celebrar.

Con Marley estaba muerto, Zanón también nos deja otro sabor de boca: no solo de novela vive el hombre (ni la mujer). Los cuentos y relatos alimentan espíritus (vivos y muertos).

 

Unknown

Las novelas dejan siempre un sabor de boca. Madrid:frontera de David Llorente, madrileño emigrado a Praga hace más de una década, deja gusto a lejía, la misma con la que rocían sobre los desechos para impedir que los madrileños que duermen bajo cartones puedan alimentarse de la basura.

Se puede decir que M:f es una distopía (a lo 1984 de Orwell), aunque son muchos de sus elementos que suenan demasiado cercanos: oleada de desahucios, gente viviendo bajo cartones, el poder de las sotanas, antidisturbios que desentumecen los huesos a porrazos y patadas, muertos en los arcenes y cunetas con la boca llena de arena, inmigrantes perseguidos y recluidos, eliminación paulatina del conocimiento inservible en escuelas y universidades, la lluvia constante de la tristeza y el mar negro que rodea la ciudad de Madrid.

Tampoco parecen alejadas las prohibiciones y multas por rebuscar en los contenedores de la basura, que suelen estar cerrados con cadenas, como ocurre en muchos de los centros de distribución y supermercados, que prefieren que nadie aproveche los alimentos que tiran por no estar «presentables» o por estar fuera de fecha de caducidad.

Me encanta el momento en el que un personaje de la novela escucha lo siguiente:

«Los muertos de los arcenes y de las cunetas de la ciudad de Madrid le dijeron que el hombre es lo que come y que hace muchos años que el habitante de la ciudad de Madrid no come otra cosa que no sea basura, al igual que hace mucho tiempo que ellos (los muertos) no comen más que tierra, lo cual los convierte en tierra».

Como en muchas otras distopías la mayoría pasa hambre y comen basura (aun a riesgo de que esté envenenada). Otros (casi siempre en el poder) se dan banquetes:

«Os ofrecen unos entrantes: carpaccio de foie y mango caramelizado, ensalada de langostinos, crema de brócoli con mousse de espárragos blancos y canelón de aguacate relleno de rape.

¿Y de plato principal?

Cordero relleno de setas en salsa de albaricoque, codornices rellenas de foie, solomillo de cebón a la parrilla, bacalao con cebolla confitada, lubina al azafrán con setas y guisantes, rape y cigalas sobre la reducción de sus jugos, a elegir.

¿Hay vino?

Sí.

¿Y postres?

También».

La novela está escrita en segunda persona del singular, de manera que el narrador se convierte en una voz de la conciencia que te hace meterte a tope en esta historia y pensar, si te tocara a ti qué harías. ¿Serías de los no-gobernables? No sé. ¿Te harías funcionario?Tampoco lo sé. ¿Serías comebasura? Puede.

Si te van las distopías aquí un cuento que escribí hace un par de veranos: Benidorm 2020. Si prefieres el lado más optimista, la utopía Celanova 2020.

 

DSC_0008

Foto de Ariadna Acosta. Cuentos desde la Puerta del Este. Yanet Acosta

Una mañana de febrero, la abuela de Oriko salió hacia la Puerta del Este como un arcoíris.

Desde entonces, Oriko la trae de vuelta en forma de aroma.

A veces la siente acariciando su nariz cuando florece el azahar del limonero. 

Otras veces le hace cosquillas con los pétalos de rosa que plantaba en el jardín.

Cuando abre un cajón del armario, regresa con la lavanda entre la ropa.

Y cuando llueve, el olor de la tierra húmeda es su sonrisa y calor en su mejilla.

Entonces mira hacia el Este y al ver el arcoíris, Oriko sabe que es ella quien lo envuelve en un beso de luz.

Pamplona Negra es un festival del género y podría alabarlo porque innova en temática, porque tiene una afluencia de público importante, por la buena energía de Carlos Basas (su organizador) o porque ha sido el primero que me ha llamado para hablar de la gastronomía como herramienta literaria en la novela negra. Sin embargo, lo que más me ha fascinado ha sido que los escritores navarros fueron los cocineros de la cena de despedida del festival el sábado.

Caldereta de cordero firmada por Aitor Iragi, sorbete de cuajada con marca de katana de Carlos Bassas y crujientes de txistorra traída por Jon Arretxe y hecha fritura por el granadino afincado en Navarra Alejandro Pedregosa. Podría faltar un poco de sal al guiso, podría ser que estuviera más líquido de lo que se le presupone a un sorbete o podría faltar un poco de cocción a la txistorra, pero qué gozada ver a los escritores cocineros.

 

Además de disfrutar con este proceso creativo de los escritores en la cocina también fue momento de pensar. Podría repetir lo que tan bien han contado los periodistas acreditados o los documentos que Javier Manzano ha grabado (¡Vaya trabajazo más bueno oiga!), pero como he estado en el backstage les revelo lo que se oyó:

 

– ¿Qué hay que hacer para vender 100.000 ejemplares? (La respuesta más aplaudida: un libro de autoayuda, pese a que ya sabemos que hay a quienes nadie puede «autoayudar»).

-¿Por qué no tienen dotación económica los grandes premios de novela negra? (La pregunta queda en el aire).

-¿Cómo será una pareja en la que los dos sean escritores? (La respuesta solo al alcance para aquellos que no teman arriesgar su ego).

Pronto más gastronomía y novela negra en Tenerife Noir y en Cuenca con Encuentro de Novela Criminal las Casas Ahorcadas. También más preguntas y quizás alguna respuesta.

 

 

 

CZESxhJWEAETeoD

Este sábado 23 de enero a las 13.15 en el hotel Tres Reyes de Pamplona, hablaré del Noir, food&drink: instantes gastro-alcohólicos en la novela negra en el contexto de Pamplona Negra. Será un momento para recordar el buen sabor de boca de algunas novelas, la amargura de otras e incluso la resaca tras una lectura.

También será un momento de revelar cómo la utilización de la comida y la bebida en las novelas no es algo banal, sino que se trata de una potente herramienta que utilizan los autores como instrumento dramático.

La relación entre gastronomía y novela negra se establece desde la creación del género. Se trata de una novela con una dosis de amarga realidad que se refleja en unos personajes reales que comen lo que pueden y beben más de lo que deben: la eterna paradoja del perdedor.

Con la entrada en juego de una nueva novela negra con sabor mediterráneo y personajes conocidos como Pepe Carvalho de Manuel Vázquez Montalbán al que seguirán los creados por el italiano Camilleri o por el griego Márkaris, el aroma a guiso y el alcohol del vino inundan el género. Incluso la guía Michelin asoma con los franceses Manchette, Izzo y Houellebecq.

La novela que llega del Norte de Europa es más de restaurante y plato preparado y más de café y pitillos que de alcohol, aunque no faltan ni vino ni whisky ni en las novelas del archiconocido Larsson ni en las del querido y también desaparecido Mankell.

Pero es la novela negra americana la que no deja de sorprender. Chester Himes y la cocina afroamericana de Harlem, los sabores italoamericanos, cubanos o asiáticos de Dennis Lehanne o el ambiente grasiento de Drive de James Sallis.

Y dentro del género se encuentra incluso un subgénero que palpita con fuerza los últimos años y que llamamos la novela negra gastronómica. Es novela negra ambientada en el mundo de la cocina. Y a ella pertenecen El chef ha muerto, Un cadáver entre plato y plato o El aroma del crimen.

Para amenizar estas palabras el cocinero Enrique Martínez dará su visión comestible de la novela negra en forma de tapas y vinos.

Así que no vemos en Pamplona Negra, este sábado 23 de enero a las 13.15 en el hotel Tres Reyes con el show Noir, food&drink: instantes gastro-alcohólicos en la novela negra en el contexto de Pamplona Negra.

 

Unknown-1

Es algo complejo encontrar novelas negras que transcurran durante la Navidad, fin de año o Reyes. Una de las últimas que he leído que trae de fondo estas fechas es Cuentas Pendientes de Susana Hernández.

Ella es una novelista que disfruta comiendo. En alguna de sus novelas anteriores se nota, pero en su última obra, Cuentas pendientes, «sus chicas» como las llama ella se ponen gastro a tope. Son Santana y Vázquez, dos polis de Barcelona siempre con mil líos y que en esta nueva entrega, su autora las desnuda para verlas en su lado más humano. Quizás por ello, también más gastro-alcohólico.

En esta novela pederastia, criminalidad adolescente y suicidios de chicos ponen los pelos como escarpias también a estas «chicas» que además se las tienen que ver con venganzas, desamores, celos e investigaciones internas.

La marquesa (o sea Vázquez) está deprimida. Tiene un noviete al que le prepara la cena y al que espera pelotazo tras pelotazo hasta que la tira a la basura. 

Para recordar, una metáfora alcohólica dedicada a una ex-…

«Nerea era como un vino espumoso. Se subía muy rápido a la cabeza y dejaba para el recuerdo mal sabor de boca y una resaca abominable».

… y una receta a ritmo de jazz de una novia que espera a su novia:

(…) empezó a preparar la cena. Puso los espirales a hervir, ralló el parmesano, cortó el salmón en dados y lo colocó sobre la plancha humeante.

Una novela inquietante para una de estas tardes de domingo posnavideña: Cuentas pendientes de Susana Hernández.

cover225x225

Xabier Gutiérrez ha sido durante años la mano derecha de Juan Mari Arzak. Ha sido parte importante en el desarrollo de nuevos platos y también divulgador de la cocina a través de sus libros. En su última incursión editorial ha apostado por un género que estrenamos con El chef ha muerto y que denominamos «novela negra gastronómica».

Con El aroma del crimen, Xabier se adentra en la muerte a través de la cocina no solo de forma física sino también poética a través de su aroma y sabor.

Sin embargo, lo que más me ha gustado de este libro es el juego de metáforas culinarias para conseguir fotografiar instantes únicos en la novela. Aquí va un ejemplo:

«El sonido del teléfono atravesó el momento como un cuchillo afilado se desliza por el borde de un tomate, asesinándolo».

En esta novela, el autor nos regala también alguna receta y un truco para tener los salmonetes más crujientes y sexuales: freír la cabeza a más temperatura que el cuerpecito.

El aroma del crimen está plagado de ideas culinarias, de cocina creativa y de vanguardia. En esta obra el autor explica desde el fractal (un plato que se sirvió en el restaurante Arzak) hasta la utilización de un cereal bastante desconocido y que personalmente adoro como es el fonio. La elaboración de una carta, el trabajo de un restaurante desde dentro y las vidas de algunos cocineros son parte de esta novela, que, por cierto, tendrá secuela.

 

Yanet Acosta en Book City Milan 2015

Yanet Acosta en Book City Milan 2015

El próximo 23 de octubre volaré hasta Milán para sentarme a la mesa con escritores y críticos gastronómicos para hablar de cómo el gusto gastronómico construye a un personaje literario, en este caso, los detectives de la novela negra mediterránea Carvalho, Montalbano y Ven Cabreira. Será en el contexto del Festival Bookcity y el acto está organizado por el Instituto Cervantes en Milán en el contexto, además, de la Expo Internacional que este año se celebra en Milán y que ha estado dedicada a la Alimentación del Planeta.

Seré la representante española en esta mesa literaria que compartiré con los escritores Anna Grosmanová (República Checa), Wojtek Radtke (Polonia), Uwe Timm (Alemania), Bénédict Beaugé (Francia) y Mircea Dinescu (Rumanía).  El crítico gastronómico italiano del Corriere della Sera, Alan Bay, será el encargado de coordinar este encuentro de cuchillo y tenedor.

Yanet Acosta en el 40 aniversario de SBPE en Bruselas. Literatura y gastronomía

Yanet Acosta en el 40 aniversario de SBPE en Bruselas. Literatura y gastronomía

En noviembre, volaré hasta Bruselas para continuar hablando de literatura y gastronomía. En este caso participaré como directora del Máster de Comunicación y Periodismo Gastronómico de The Foodie Studies en el coloquio del 40 aniversario de la creación de a SBPE (Sociedad Belga de los profesores de español) con el título:  cELEbramos EL Español – ¿Cuando se come aquí ?

Se celebrará el 21 de noviembre de 2015 y en este encuentro participarán además académicos universitarios como José Yeray Rodríguez Quintana, Sophie Pelissier y José Rubio.